Puzzle completado

Durante mucho tiempo, he sentido que mi vida era como un gran puzzle con todas las piezas esparcidas por el suelo.

Nada encajaba con nada, yo no encajaba en ningún lugar.

Eso me creaba un desconcierto y una lucha diaria y constante conmigo misma y con todo lo que pasaba a mi alrededor.

Cualquier contratiempo actuaba como el efecto de un tornado, desbastando todavía mas todas las piezas, parecía como si yo no tuviera el control sobre nada de lo que pasaba en mi vida.

Los días pasaban, los meses empujaban, los años se consumian, y allí estaba yo, viendo como todo se descolocaba sin saber muy bien como debía recomponer el desastre.

Y un día de golpe todo se coloca en su sitio. Las piezas empiezan a encajar suavemente, una detrás de otra se van colocando en el lugar que les corresponde. Sin grandes cambios, al menos aparentes, una de las piezas cobra vida y como si fuera ya no as que un juego de niños el puzzle de mi vida va cobrando sentido, hasta que de golpe me doy cuenta de que todos los huecos están ocupados. Todo por fin esta en su sitio.

Por fin siento paz y serenidad en mi interior.

Y se que por muy fuerte que sea la tormenta, es casi imposible que las piezas vuelvan a salir de su lugar, ya me ocupe de pegarlas fuerte, con un buen pegamento hecho a base de amor y constancia.