Las heridas del alma, se te quedan grabadas dentro, muy dentro, como esa tinta de tatuaje que te marca para siempre la piel.
Y hoy me pregunto, ¿como puede uno quererse tan poco?.
Te encierras dentro de ti mismo, creas un escudo de falsa fortaleza , y miras desafiante a los demas.
A ver quien es el listo que se atreve a cruzar la barrera que tu te has impuesto.
No son los otros los que pagan peaje, eres tu mismo quien te lastimas, y eres muy conciente de ello, pero temes tanto una nueva cicatriz, que prefieres vivir de espaldas a lo que puedas sentir.
Temes que "alguien" pueda trastocar tu mundo, ese que tu te has creado a medida, ese en el que no tiene cabida nadie, ese hecho a base de pegarse muchas ostias, de recibir por todos lados.
Algunos dias, tu mismo traspasas tu barrera, ves el sol, y te dices:que coño, tampoco se esta tan mal fuera de ti....
Pero hoy, de nuevo, te vuelves a encerrar en ti y tiras con furia la llave, vaya a ser que ten ganas de escapar....
Y es que esto es una lucha.
Mi Yo de ayer , contra mi Yo de hoy.
7 comentarios:
Leyendo el título del post sólo puedi decir,que ya somos 2, yo no sé por donde cogerme jajaja
Un abrazo!
Las heridas internas son dificiles de cicatrizar cuando no hay secuelas que nos pongan en ellas un balsamo para el dolor, pero yo con mi optimismo extremo creo que se puede!
Te he dicho que me encantan las fotografias de tus escritos?
Un besooooo! :)
Pdata: ya no cocinas como antes?????
mi nube
es que somos de lo más simple, jajajaja.
Petonets de cap de setmana
besicos siempre
Mi niño
si se puede, imagino que es solo cuestión de dejar que el tiempo haga de balsamo y que cuando se recuerde...ya no sea con dolor.
Nunca, jamás de los jamases me dijiste que te gustan mis imagenes, jajajaja.Ya sabes, eso no tiene merito ninguno, Mister Google es infinito....solo le pongo paciencia y ojo..
Y si cocino, pero ahora cositas menos .....(estoy a dieta, perdi treinta kilitos....deje de fumar...soltera y sola en la vida, jajaja)pero nunca me aparto de mis cacerolas...es mi relax.
Besos, besos...petonets, sempre
La energía que estaba presa en la cólera (o del miedo) se puede utilizar para otras cosas. Se puede llegar a un entendimiento con ella ... Pero un día algo -una mirada, una palabra, un tono de voz, la sensación de ser tratada con paternalismo, de sentirse poco apreciada o manipulada en contra de su voluntad- volverá a brotar y entonces su residuo de dolor prenderá fuego.
La furia residual de las antiguas heridas puede compararse con el trauma de una herida de metralla. Es posible extraer casi todos los fragmentos de metal del proyectil, pero siempre quedan los que son diminutos. Cabría pensar que, si se han eliminado casi todos, el problema ya está resuelto. Pero no es así. En ciertas casiones, esos minúsculos fragmentos se retuercen y dan vueltas en el interior, provocando una vez más un dolor idéntico al de la herida inicial (y entonces se produce un estallido de cólera - o de miedo).
Sin embargo, la causa de este resurgimiento no es la inmensa cólera inicial sino las minúsculas partículas que quedan de ella, los elementos irritantes que todavía permanecen en la psique y que jamás se pueden extirpar en su totalidad. Éstos producen un dolor casi tan agudo como el de la lesión inicial. Entonces la persona se tensa, teme el impacto del dolor y, como consecuencia de ello, el dolor se intensifica. La persona está efectuando unas drásticas maniobras en tres frentes: uno, trata de contener el acontecimiento exterior; dos, trata de impedir que se transmita el dolor de la antigua herida interior, y tres, intenta afianzar la seguridad de su posición efectuando una carrera psicológica con la cabeza inclinada.
Es demasiado pedir que una sola persona se enfrente con el equivalente de una banda de tres individuos e intente dejarlos simultáneamente fuera de combate a los tres. Por eso es de todo punto necesario hacer una pausa en pleno proceso, retirarse y buscar la soledad. Es demasiado pedir que una persona luche y afronte al mismo tiempo la sensación de sentirse destripada por un disparo. Retirarse, afrontar primero el acontecimiento más antiguo y después el más reciente, decidir qué es lo que va a hacer, sacudir la cabeza para librarse del collar que le rodea la garganta, enderezar las orejas y regresar para actuar con dignidad.
Ninguna de nosotras puede escapar por entero a su historia. Podemos empujarla hacia el fondo, por supuesto, pero estará allí de todos modos.En cambio, si una mujer hace las cosas que hemos enumerado, podrá contener la cólera y, al final, todo se calmará y se arreglará. No del todo,pero sí lo suficiente como para seguir adelante.
Mujeres que corren con lobos. Pinkola Estés
Besinos linda.
TQ.
Anita
TQ.
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